¿Cuál es el objetivo del enemigo?
Crear su propio reino.
¿Cómo puede crear ese reino Satanás?
Intentando copiar a Dios, pero a su propia manera.
Básicamente eso es lo que estamos viendo estos días finales.
Para entender eso hay que saber lo que es el enemigo.
Hay varias maneras de hacerlo pero en lo que respecta al juego de la creación de su reino voy a utilizar el concepto de “artificial”.
Por lo tanto, el plan es el cambiar el mundo natural por el mundo artificial.
¿Qué implica esto?
Lo principal es cambiar la naturaleza humana.
Los humanos somos creados con nuestro ADN particular. Esto nos hace ser únicos.
El objetivo de Satanás es cambiar este ADN sagrado, y para ello tiene que convencernos de que es lo correcto.
Ese cambio de ADN supone el paso del humano natural al humano artificial, o dicho de otra manera usurpar el Templo de Dios.
Ese es el verdadero objetivo de las fuerzas del mal.
Para cambiar el ADN de esa manera hay que acudir a la tecnología, de ahí la importancia del momento histórico en el que estamos. El avance de la tecnología material es máximo, y esta se expresa a través del trabajo de los metales.
Casi todo lo que usamos tiene que ver con los metales hoy en día.
De esta manera es fácil comprobar que estamos en un mundo que tiende hacia la forma metálica, y por eso el metal es tan importante en los conceptos del Cubo (ver más sobre el Cubo) y Saturno. El Cubo se configura con la transmutación de los metales. Esta “transmutación”, desde un punto de vista alquímico (satánico), y la consecución de la Piedra Filosofal, no es sino la usurpación del Templo de Dios: nuestros cuerpos y nuestra conciencia.
Ahora entiendo el por qué de la importancia de los metales como concepto metafísico, y el por qué pueblos de la antigüedad rechazaban los avances para usar el mismo; historias que fueren verdad o no sí que delatan una verdad espiritual: a menudo que avanza el metal, la naturaleza del hombre se va cristalizando, hasta dejar de ser humano.
Pero eso no acaba ahí.
El Templo de Dios es toda la Creación, y eso incluye los reinos animales, vegetales y terrestres.
El plan de Satán es de hacerse con todos esos reinos con su propio templo. Esto significa que no solo ha de sustituir al humano actual por el transhumano, sino también al resto de elementos. Todo debe caer bajo el control de la Mente Colmena y el dominio total de lo que ellos denominan Singularidad. Esto supone la fusión total del internet de las cosas con esa especie de partícula milagrosa que están por enseñar al mundo en forma de materia programable.
Todo el proceso sigue unos pasos y no puede salirse del plan “divino” del enemigo, el cual sigue una precisión matemática que solo un dios puede diseñar. Esa es la naturaleza de la realización del Cubo.
En cuanto a nosotros, que es lo que importa, esto significa que el enemigo quiere hacerse con el control de nuestro templo: nuestro cuerpo y nuestro espíritu. Uno va ligado al otro.
Este control ha tomado un cariz verdaderamente dramático con el asunto de la inoculación.
¿Qué es lo que pretenden con la inoculación?
Empezar la toma definitiva del Templo de Dios.
Ahora ya, de manera directa, están uniendo a la carne y el metal.
Están preparando el terreno para los “milagros” del engaño artificial.
La conexión con el “internet de las cosas”, el terreno psíquico dominado por el Príncipe del Aire prepara a la humanidad a conectarse a la Mente Colmena (ver la entrada de la Mente Colmena), dominada por el anterior. Ese momento supone la supresión de la conciencia individual.
Ahora se comprende el por qué del 5G, y la preparación de las antenas humanas.
¿Qué podemos hacer ante esto los pocos que vamos quedando?
Resistir como sea.
Hay que evitar que ocupen nuestro templo.
Esto no es algo que se pueda medir con dinero.
¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?
Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios
Corintios 6:19-20
Gracias por todo lo que compartes. Tus reflexiones son las mías y estoy segura que la de muchos más…porque son descargadas desde nuestra conciencia colectiva y más allá desde nuestras divinidades para seguir manteniéndonos despiertos ante la Era de Ahriman.
Creo que no es Lucifer el enemigo, el Satanás del que hablas es el Ahriman que describió tan acertadamente en sus charlas de inicio de siglo XX Rudolf Steiner. Te invito a leer su serie de charlas sobre la era ahrimánica. Asusta de lo visionario que es. Saludos
Esto es el fin de la humanidad, que se venía buscando desde la sociedad atlante, en su obsesión por la aceleración del desarrollo de la “mente humana”. Es por fin su merkaba artificial.