¿Qué se entiende por Capitalismo?
Hoy en día este es uno de los términos más confusos sobre los que se puedan debatir.
El mismo presenta una ambigüedad difícil de soslayar, especialmente cuando entramos en el terreno de la opinión pública actual.
En realidad, el término capitalista es fácil de comprender, es decir, si nos atenemos a la definición teórica más pura y neutral posible.
Esa definición teórica pura y neutral nos dice que el capitalismo es un sistema basado en el capital y la propiedad privada de los medios de producción.
¿En qué consiste el capitalismo?
De ahí que es fácil comprender que el capitalismo puro debería ser un sistema con una prevalencia casi absoluta, si no total, de servicios y productos privados.
Por lo tanto, viendo el término socialista, supuestamente, opuesto al anterior, y ateniéndonos a una definición pura y neutra, el mismo vendría a ser un sistema donde la propiedad es pública o común.
Es decir, en el socialismo teórico, los medios de producción y la provisión de productos y servicios es eminentemente hecha por las administraciones públicas, es decir, el Estado.
En un sistema socialista puro, y recalco el termino puro, no debería haber prestación de servicios privados, así como en un sistema capitalista puro no debería haber prestación de servicios públicos.
Hasta ahí bien.
El problema radica que hoy en día – y desde hace mucho tiempo en realidad – ninguno de los dos términos se puede aplicar a los sistemas económicos y sociales prevalentes en el mundo.
Teóricamente no hay socialismo puro, porque muchos de los servicios y bienes son provistos por las empresas, y teóricamente, no hay capitalismo puro porque muchos de los servicios y bienes son provistos por las administraciones publicas.
De tal manera, es fácil llegar a la conclusión de que nos encontramos en un sistema hibrido, que no es ni capitalismo ni socialismo.
Ese sistema podríamos llamarlo Capitalismo de Estado o Economía Mixta, la Tercera Vía o como queramos.
Ese sistema mixto está presente en todos los países con un grado mayor o menor. Salvo si hacemos la excepción de Corea del Norte donde la mayor parte de los servicios son públicos, salvo el mercado negro, claro.
A este respecto, Cuba no llega tan lejos, pues la misma tiene más actividad privada de la que se cree, sobre todo extranjera (véase turismo), que siendo pequeña en términos internacionales, es muy grande en relación a la pequeña económica cubana.
El resto de los países tienen, pues, sistemas mixtos bastante variados, donde la administración pública es especialmente fuerte en prestación de servicios sociales y las empresas en la provisión de bienes y servicios de consumo.
En particular las administraciones públicas son muy fuertes en las jubilaciones, pagas por desempleo, prestación sanitaria, servicios administrativos, viviendas sociales, etcétera.
Las empresas son muy fuertes en productos de consumo como coches, ordenadores, móviles, comida, etcétera.
A fin de cuentas, hoy en día se ha llegado a un punto en el que los principales países del mundo están acercándose a un 50% en el peso de ambos actores en el cómputo general de sus respectivas economías.
De esa manera, podríamos decir que estamos ante una economía mixta “pura”.
El problema es que esa economía mixta no es estática, sino que va cambiando de manera muy dinámica, además.
Por lo tanto, como vemos es difícil hablar de capitalismo o socialismo hoy en día sin caer en numerosas confusiones.
Dependiendo de la inclinación política de cada uno, y en inclinación política podemos encontrar infinitos grados en los dos espectros, obtendremos respuestas de lo más diversas.
Para los más acérrimos defensores de las ideas socialistas, el capitalismo es un sistema malvado e injusto que favorece a los ricos y perjudica a los pobres.
Según ellos, es el sistema presente en la actualidad.
Para los más acérrimos defensores del liberalismo, el capitalismo es un sistema benévolo, donde todos ganan y la sociedad en general se vuelve más rica.
Según algunos de los mismos, es el sistema imperante en la actualidad.
Según otros, el capitalismo que hay ya no se puede considerar capitalismo de verdad, pero esos son minoría.
La mayoría de las personas consideran que el capitalismo es el sistema imperante.
Sin embargo, como hemos dicho arriba, en realidad esto no es así, pues hoy en día, los presupuestos de las administraciones publicas de muchos países, tales como Francia, Alemania, Reino Unido o España se aproximan al 50% del dinero gestionado en cada país.
Así es, que los servicios públicos suponen aproximadamente la mitad de los gastos nacionales.
En definitiva, que hoy no hay ni capitalismo ni socialismo, sino un sistema mixto.
Entonces, ¿Por qué casi todo el mundo echa la culpa al capitalismo?
Porque como dijimos antes, el capitalismo es el sistema imperante en las mentes de la mayoría de las personas.
Solo cuando el mismo haya dejado de existir, en teoría, las gentes ya no podrán echarle la culpa de lo bien o mal que vayan las cosas.
Ejemplos de Capitalismo
Como hemos definido un poco el capitalismo “puro”, un ejemplo típico del mismo es el siguiente:
El individuo A se dedica a hacer pequeños trabajos de bisutería.
En principio los hace para sí mismo, pero resulta que son bastante buenos y hay gente que le pide trabajos particulares.
El individuo comienza a hacer más trabajos de bisutería, para lo que previamente habrá ido a un mercado determinado a encontrar las herramientas y materias primas más baratas y mejores.
Una vez que tiene esos elementos se dedica a hacer más objetos que termina vendiendo por un precio acordado a otros individuos.
Si el individuo obtiene bastante ganancia puede optar por gastar el dinero en ocio, en ahorrar para una casa, en ampliar la actividad y contratar a un asalariado, o en lo que sea.
En un capitalismo casi “puro”, el individuo podría quedarse con la práctica totalidad del ingreso que realiza
En el sistema actual, de economía mixta, el artesano acabara pagando una tasa al Estado cercana a la mitad de sus ingresos. Tasa que incluirá los tasa por beneficios, la tasa por actividad, la tasa que paga por el taller, la que paga por el empleado (si lo tiene), etcétera.
En ese capitalismo de clase mixta el Estado, que ha extraído la mitad de los ingresos del artesano, elige como repartir esos ingresos, y lo hará en forma de prestaciones de servicios como pagos de rentas, provisión de bonos de comida, prestación de servicios juveniles, de gestión de fiestas, de provisión de vivienda, etcétera.
En definitiva, que el término “qué es el capitalismo” se presta a mucha confusión.