Los Estados Unidos, la democracia y el Nuevo Orden Mundial

El avance al Nuevo Orden Mundial es inexorable. La fuerza motriz que lo dirige es tan poderosa que las masas no pueden comprenderla; y la razón es sencilla: son las masas la misma fuerza motriz que empuja el mundo hacia ese orden.

El gran caballo de Troya del sistema es la democracia. Y el gran estandarte de la democracia son los Estados Unidos, y por buenas razones.

Los Estados Unidos es la democracia más estable y poderosa del mundo.

Su apoyo a la implantación del sistema democrático en todo el mundo tiene unas razones de gran profundidad geopolítica.

Los Estados Unidos tienen una ventaja comparativa con respecto a la gran mayoría de los países del mundo, de la que han sacado provecho hasta ahora.

El sistema político social de los Estados Unidos se basa en una gran estabilidad por la aceptación por las masas de ese país de la ciudadanía estadounidense como única.

A diferencia del resto de los países del mundo, de momento no hay distensiones internas regionales que busquen la independencia, y por tanto, gozan de una cierta estabilidad política que les da el hecho de que no tienen que preocuparse demasiado por los asuntos internos (aunque esto va a cambiar drásticamente no dentro de mucho).

Hasta el momento no han tenido el problema de partidos regionalistas que busquen la independencia y por tanto aportaran inestabilidad al desarrollo político del país. Los EEUU han constituido un bloque sin fisuras de norte a sur y este a oeste.

Lo contrario ocurre con la práctica totalidad del resto de países del mundo. Y sobre todo aquellos que tienen o tenían potencial para hacer frente a los EEUU: Alemania, Rusia y China.

Es evidente que el mayor interés de los EEUU es el fomentar la democracia en esos países, pues ese es el mejor camino para desmembrarlos en pequeñas partes.

Una vez los antiguos imperios son despedazados, dejan de poseer esa amenaza para la hegemonía americana. Además, por otro lado, como resultado de la anarquía reinante y los procesos de desintegración nacionales, las multinacionales americanas son capaces de tomar ventaja de ello y sacar suculenta tajada de los procesos.

Los nuevos líderes democráticos de esas naciones, al contrario que los emperadores o incluso dictadores de antaño, se dejan comprar fácilmente. Es más, se venden ellos mismos con una facilidad pasmosa. Cosas que no es de extrañar dado el carácter inherente a la mayoría de los políticos profesionales de corte democrático: el oportunismo.

Su filosofía política es la de consumo de capital al mayor ritmo posible disfrazado de la más noble de las éticas.

El objetivo de los EEUU es que el mundo se divida en 1.000 estados democráticos, cuanto más pequeños peor, donde ellos sean la potencia hegemónica y garantista de la paz.

Es por ello que ocurre lo de Ucrania; ocurre lo de Libia; ocurre lo de Siria; ocurre lo de Irak; ocurre lo de Egipto; y así en innumerables sitios más.

El mayor interés de los EEUU es el de desmantelar a sus enemigos principales: Rusia y China. Y a tenor por los acontecimientos del espíritu de la época tiene todas las cartas para conseguirlo.

La gente quiere democracia, dinero fácil y aparente libertad (en realidad esclavitud). Pues la gente lo tiene, y los EEUU se encargan de facilitarlo

Rusia, China y el Nuevo Orden Mundial.

Al contrario que los EEUU, Rusia basa su estructural nacional en el antiguo imperio ruso, el cual se basaba en el dominio de grandes territorios con diferentes grupos étnicos.

Ese es el problema de Rusia. La única manera de que Rusia se pueda resistir a la maquinaria americana, es la constitución de un estado autoritario. Y parece que ese es el camino que predicen y promulgan los teóricos de la Cuarta Teoría Política y el concepto de imperio euroasiático, sobre todo Alexander Dugin.

Los EEUU tienen un gran interés en que Rusia profundice su camino hacia una democracia más radical. En este sentido no tienen que hacer nada realmente fuera de lo común. Simplemente defender el concepto de democracia.

Democracia desestabilizante en Rusia

Como es evidente, las regiones más limítrofes de Rusia acabarían votando a partidos regionalistas y eventualmente estos pedirían una escisión de la Federación.

Ese es el verdadero objetivo de los EEUU.

La desintegración rusa

El plan de los EEUU para Rusia, pasa claramente por la desintegración de la misma y la formación de varias repúblicas democráticas independientes en todos los rincones de la actual Federación, empezando por Chechenia, Tartaristán, Carelia, Kalmukia, Komi, Osetia, Daguestán, etcétera.

Está claro que el número de enemigos internos de Rusia es elevado.

Lo único que tienen que hacer los americanos es avanzar en la propagación de las ideas democráticas, de tal manera los diferentes territorios rusos empiecen a mostrar una inestabilidad cada vez mayor. Esto ya lo consiguieron con la primera fase de la maniobra: el desmantelamiento de la URSS.

La guerra oculta del sistema y de las fuerzas del NOM nunca terminó, sino que sigue su camino inexorable a la implantación de sistemas democráticos en todos los rincones del mundo con la consiguiente ventaja que ello tiene para la hegemonía de los EEUU.

Una Rusia con la mitad de territorio y población que la actual no sería ya un problema para la hegemonía americana.

Todo lo contrario, los americanos implantarían bases inmediatamente en buena parte de los nuevos territorios para poder ejercer un control férreo no solo sobre las comunicaciones euroasiáticas e impedir un nuevo avance ruso, sino para el control del gran imperio democrático sobre los mismos recursos de esos países y la defensa de sus intereses: los de sus multinacionales, que a su vez habrán comprado a los políticos de esos países, y por ende a sus masas. Pues el hecho de que los políticos se venden no exonera de culpa a las masas del mundo.

Se puede decir, que son las masas las que se han vendido.

Me hace gracia cuando la gente se queja de las cosas y que sus países están sometidos a multinacionales y los mercados y después votan a los partidos del sistema: PPSOES, IUs y demás parecidos.

No puedes tener una tarta y comértela al mismo tiempo.

Crisis de Ucrania y Nuevo Orden Mundial

La crisis de Ucrania se enmarca en todo este proceso por la construcción el Nuevo Orden Mundial.

Los americanos no han tenido que hacer mucho. No tienen que mandar su ejército, su flota y su fuerza aérea. Simplemente tienen que dejar rienda suelta al espíritu de la época: el igualitarismo y su caballo de Troya, la democracia. Eso y un poco de financiación por aquí, con colaboración gustosa de las multinacionales (que ya se frotan las manos con el negocio), un poco de asesoramiento por allí, y ya tienen a las tropas de choque listas para derramar la sangre. En este caso ucranianos polacos contra ucranianos rusos.

Los americanos defienden obviamente, la democracia que les interesa.

Les parece bien que Ucrania sea democrática, pero no les parece bien que el 80% de la población del este del país quieran (de manera democrática) un estado propio.

Por ejemplo, apoyan la democracia de los kurdos en Irak e Irán si eso era para debilitar a sus enemigos, pero no la apoya en el caso de los turcos porque son aliados. Este esquema se da constantemente.

El objetivo final de todo esto es arrinconar al gran poder euroasiático y dejarlo rodeado para siempre. Después de todo a los americanos no les interesa lo que ocurra en Ucrania, y si esta se mantiene unida o no realmente. Su verdadero objetivo es volver a rodear a Rusia y provocar una nueva Guerra Fría, de tal manera que el comercio de Occidente a Oriente tenga que hacerse por vía marítima y siguiendo sus rutas.

La nueva Guerra Fría con Rusia

Es evidente que los americanos no quieren una guerra total con los rusos, y mucho menos sus títeres, los europeos.

Les basta con tener una situación de tensión permanente, un estado de guerra civil en Ucrania y así desmantelar la conexión (la más natural) de Rusia con Europa y torpedear todo el comercio entre ese bloque y de Europa con Asia.

Todo el comercio de Europa a Asia tiene que pasar por el control de la flota americana.

El juego geopolítico se trata de eso ni más ni menos. En las condiciones actuales Rusia tiene las de perder a largo plazo.

El problema para los americanos es que las condiciones actuales no se van a mantener siempre.

Democracia en China

Lo mismo ocurre con China. El gran objetivo americano es el desarrollo total de la democracia en China. Al igual, que en todas las partes del mundo, esto goza con el apoyo de las masas del mundo.

En la batalla ideológica tienen las de ganar.

China, evidentemente, rechaza entrar en una democracia plena pues a medio plazo supondría la pérdida de la mitad de su territorio.

Los territorios de Sinkiang  y Tibet serían los primeros en encaminarse a la independencia.

No obstante, y al contrario que Rusia, aun en caso de producirse el encaminamiento a la democracia y la independencia de esas y otras regiones, el núcleo del pueblo chino, la etnia Han, es tan grande (más de mil millones) que el estado resultante sería aún así, de un potencial inmenso.

Económicamente, y a poco que su nivel de vida avanzara similar al de, por ejemplo, Corea del Sur, su economía sería mucho más grande que la americana. Estaríamos hablando de un país de mil millones de habitantes y no pequeño precisamente.

China, un gran problema para los Estados Unidos

Es por eso que la estrategia americana de divide y vencerás se encuentra con un escollo muy grande en el caso chino. El avance de China a la democracia no evitaría que China se convierta en la economía más grande del mundo (cosa que conseguirá de cualquier manera).

Es ahí donde los americanos chocan contra la pared. Sería una especie de Japón, pero diez veces más grande. China es el último escollo de América.

Es el único país del mundo con el potencial de tener una economía más poderosa que la americana, incluso cuando la estrategia americana de divide y vencerás en pos de la democracia mundial triunfe.

No obstante, llegado el caso los americanos controlarían el resto del mundo y la mayoría de los recursos bajo control de su ejército. Podrían intentar ahogar a China de varias maneras, incluso fomentando la vuelta al comunismo atroz y el consiguiente colapso de la economía y sociedad chinas.

Si China vuelve al comunismo total, como el que tenía antes, su economía jamás podría competir con la americana ni con ninguna. Y esto lo saben los americanos y los dueños de las multinacionales y el capital. Y esa arma no sería la primera vez que la utilizan.

Esto de todos modos no son más que especulaciones.

A pesar de todo, los EEUU no son tan fuertes como aparentan, ni van a tener la estabilidad de la que han gozado por más de 150 años.

No queda mucho para el final de la misma democracia americana.