¿Estás enganchado a algún medicamento?
Bueno, este post lo escribo de casualidad. Tenía pensado escribir sobre esto en un futuro pero no he podido evitar escribir sobre ello ahora. Y la razón es muy simple: he estado a punto de engancharme a un pequeño vicio que tenía abandonado desde hace varios años.
Una pequeña/gran adicción (sí…adicción tal y como suena) a los descongestionantes nasales que tuve durante aproximadamente 15 años desde que era un chaval hasta hace tres o cuatro años.
Medicamentos como adicción
Todo empezó cuando era un chaval. Tenía trece o catorce años.
Una noche después de haber cogido una gripe y tener la nariz completamente taponada, empecé a tomar estas maravillosas cosas que son los descongestionantes nasales.
Por varios años estuve tomando Respir y Respibien.
¡Qué bien!
Estos pequeños medicamentos (drogas del sistema) que se venden sin receta son una maravilla para hacer su trabajo: que es descongestionar la nariz.
Lo que nadie te dice (mucho menos las farmacéuticas que los fabrican) es que tienen un efecto de enganche terrible; que en el caso de susodichos medicamentos viene de la mano de la Oximetazolina.
Esta alivia la inflamación de los cornetes cuando coges un catarro y te “trancas” pero cuando abuses de su uso se produce una inflamación de los mismos cornetes que luego te van a pedir más y más dosis de la pequeña droga para salir del paso, y así acabas enganchado por años sin darte cuenta.
En muchos casos el problema se hace tan grande que hay que operarse. En mi caso no me tuve que operar ni nada, pero era un agobio tener la necesidad de echarme Respibien todas las noches durante quince años. Si había alguna noche que no tenía Respibien parecía un yonki buscando como loco su dosis y con la ansiedad por las nubes.
Ni que decir que si alguna noche no lo tenía pasaba un auténtico infierno.
Al cabo de tantos años, casi sin darme cuenta y luego de empezar a dormir en un nuevo sitio de manera regular – o no sé si influyó el hecho de que iba mucho a bañarme al mar por esa época- lo dejé de usar.
Fue casi de casualidad. No lo había planeado realmente.
Algún factor como dije tuvo que haber para que esas noches mi nariz no me lo pidiera tanto y poco a poco pude superar el hecho de no tenerlo.
Alguna noche estuve tentado de volver a hacerlo, pero pude contenerme y lo dejé.
El problema surgió nuevamente. Hace cosa de un mes cogí un pequeño catarro y me sentí congestionado por las noches. La congestión fue tal que decidí ir a la farmacia a comprar mi antigua “droga”.
Es difícil no ser yonki o semiyonki en esta sociedad de hoy día, aunque a la mayoría de las personas enganchadas a medicamentos les parezca que lo que hacen no es para nada adicción y que lo que toman no son drogas ( y sí lo son, y muy jodidas; y esto lo saben las farmacéuticas).
Bueno, volviendo al caso: me tomé el Respibien unas noches.
Esas noches , como no, el efecto fue fulgurante, mi nariz se abría de maravilla. El efecto duraba hasta la mañana siguiente. Pero cuando pasaron tres días me di cuenta de que tenía la nariz completamente taponada desde al mediodía y empecé a echarle la culpa al cambio de tiempo, a los ácaros, etc…pero no, el verdadero problema era otro.
Era mi antigua adicción que volvía y de la que no quería darme cuenta. Todo esto hasta que cuando pasó un mes me di cuenta que estaba enganchado otra vez y de pronto se me encendió una bombilla y me di cuenta del verdadero problema.
Decidí que tenía que hacer lo que había que hacer, y esto no era otra cosa que dejar el Respibien.
Pensé en comprar suero marino y/o tiritas para la nariz pero al final lo hice a la manera valiente: a las bravas.
Pues bien, resulta que la primera noche que lo dejé lo pasé no demasiado mal, a pesar de tener la nariz congestionada. Pude dormir de manera decente.
Cuál fue mi sorpresa que a la noche siguiente tenía la nariz funcionando casi perfectamente y pude dormir. De hecho tuve una de las mejores noches de sueño en los últimos meses.
Unos días después escribiendo esto me doy gracias por hacer dado el paso para dejar esto de nuevo y saber a lo que me atengo si lo quiero usar otra vez.
Este no es sino un pequeño ejemplo de lo que son las adicciones a productos considerados sanos y legales por el Sistema pero que no muy diferentes de las drogas. Y en esto no solo hablo de productos que crean adicción, como las benzodiacepinas, los antidepresivos, barbitúricos, etc…sino también a productos aparentemente inocuos pero que son puros veneno, como las cremas solares, el uso masivo de plásticos, las luces CFL (fluorescentes) y un larguísimo ectéctera.
Medicamentos para la ansiedad
En particular, el efecto de enganche que producen los medicamentos antidepresivos y para la ansiedad, es terrorífico.
Como decía mi bisabuela, es peor el remedio que la enfermedad. Remedio a corto plazo. Destructor del alma a largo plazo.
Al parecer se ha descubierto que las llamadas benzodiacepinas producen un efecto calmante por la potenciación de la acción del neurotransmisor ácido gamma-aminobutírico (GABA) de la misma manera que drogas adictivas como el cannabis o el opio. Esto produce la activación de la hormona de la gratificación, la dopamina, en el cerebro, enseñando que el mismo camino de recompensa es usado en ambos tipos de drogas.
La gente con mayor cantidad de dopamina en el cerebro tiende a tener comportamiento más adictivo.
El problema de la dopamina es esencial en una de esas adicciones modernas de las que poca gente habla pero que yo lo haré no dentro de mucho en este blog: la adicción al porno.
La gente que padece ansiedad suele presentar síntomas como trastornos de pánico, comportamientos obsesivos/compulsivos, trastornos postraumáticos, fobias, etc..
Normalmente la gente que tiene estos problemas suele acudir a su médico o un especialista, el cual le acaba mandando las típicas pastillitas con más facilidad que se le compra un caramelo a un niño. Sin saber que a la larga lo que están haciendo es destrozando su sistema aún más. De hecho la mayor parte de la investigación que se realiza sobre el tema es para desarrollar nuevas pastillitas y no para buscar las verdaderas causas del tema.
Lo que no sabe la gente es que la ansiedad se puede combatir con remedios más naturales y que no hace falta que nos enganchemos a algo de por vida (que luego acabará destruyendo nuestra libido, entre otras cosas; como si la destrucción de la libido por sí sola no fuera suficiente para mandar a tomar por el….a todas estas drogas).
Cosas como: técnicas de respiración, meditación, ejercicio físico, paseos y caminar en general (preferentemente descalzo y por la playa o el monte; lo que se denomina earthing), yoga, etcétera.
Y por último, y no menos importante: recuerda que tu estado de humor y tu cerebro no son ajenos a tu dieta.
Hay que desengancharse de estas cosas. Hay que aprender que es lo que usamos y nos metemos en el cuerpo. Hay que salir de las garras del Sistema.