La anemia es una de las enfermedades con mayor incidencia en el mundo moderno.
La misma ocurre por un descenso en el total de los glóbulos rojos y hemoglobina en la sangre. De esta manera hay una mayor dificultad a la hora de transportar el oxigeno.
Esta es una enfermedad en la que la gente suele sentirse débil, sin ganas de nada, con fatiga, y con poca capacidad de hacer ejercicio, entre otras cosas.
Se supone que la causa principal de la anemia es la falta de hierro, ese mineral tan presente en la naturaleza y los alimentos.
Algunos de los alimentos ricos en este mineral son: hígados, carne de ternera y cerdo, pollo, pescado, pan integral, avena, pasas de uva, ciruelas, soja, espinaca, espárrago, salvado de trigo, etcétera.
Como vemos, es un mineral presente en comidas que forman parte de la mayoría de dietas.
Por un lado tenemos una gran cantidad de carnes, frutas, cereales, verduras e incluso soja. Por lo que difícilmente podemos decir que tenemos una deficiencia de hierro al usar alguna de las dietas, ya sea la típica mediterránea, la de comida rápida, la vegetariana o la paleo.
Todas las dietas tienen una cantidad de hierro apreciable en los alimentos, o casi todas. Tendría que pensar qué dieta no la tiene.
Curar la anemia por pérdida de sangre
En los años de antes no se tienen demasiadas referencias sobre casos relacionados con esta enfermedad.
Según wikipedia hay referencias a problemas relacionados con la anemia desde hace 4000 años, pero sin dar muchos detalles.
No sé si la gente tendría la misma incidencia de anemia que a día de hoy, pero lo cierto es que según los datos actuales, un 33% de la población mundial, aproximadamente, tendría anemia.
Según estos datos, la solución actual pasaría por suministrar hierro en exceso a la población mundial.
Como antes, hace 1.000 años, no teníamos datos sobre esto, no podíamos saber si el ratio de incidencia era del 2, 15 o 33% como ahora. Es difícil saberlo, pero apuesto a que sería menos.
De cualquier manera, parece ser que los consejos de los ministerios de salud no funcionan demasiado bien porque de hacerlo no habría tanta gente con problemas en los resultados de hierro y ferritina en sus test de sangre.
Como se da por un hecho consumado que el problema es la falta de hierro en la alimentación de manera global, las multinacionales de alimentación no han tenido mejor idea que añadir hierro a la práctica totalidad de cereales, complementos y no pocos productos alimenticios.
Si no me crees haz una prueba.
Vete a un supermercado, en la sección de cereales y busca la parte trasera de todos los que veas.
Salvo unos pocos, pertenecientes a la sección de orgánicos, tendrán el hierro como componente añadido, así como ciertas vitaminas.
Pero esto no acaba aquí, sino que podremos encontrar el hierro en muchos otros productos, como las pizzas, terminadas o en base, y en una gran cantidad de comidas preparadas o galletas de todo tipo.
Es complicado a veces encontrar productos de ese tipo que no tengan hierro.
Parece que estás forzado a comer extra hierro quieras o no.
Entonces me pregunto, ¿Si nos están dando tanto hierro extra, desde que somos pequeños, por qué la incidencia de anemia es tan alta, un 33%? ¿Cuál sería la incidencia de anemia en caso de no recibir esos suplementos extra en esas comidas? ¿Un 70%?
Por esta lógica debería asumir que la gente de antes, que no comía cereales fortificados, tenía una incidencia de anemia muy superior al 33%.
Sin embargo, cuando pienso en mis abuelos, y otra gente de los pueblos de antes, la sensación que me da es la contraria.
Ellos no comían cereales fortificados, ni todo tipo de alimentos con hierro extra, ni siquiera se repasaban las recomendaciones dietistas para comer más “hierro”, ni nada de eso.
Ellos llevaban una vida normal, y comían, en la medida de lo posible, una dieta similar a la que comían sus antepasados, con las excepciones de nuevas remesas de productos modernos de dudosa “calidad”.
Lo cierto es que la lógica del tema no cuadra en absoluto.
Si la teoría oficial fuera cierta, entonces habría que añadir aún más hierro a los productos y las dietas.
Sin embargo, en este caso bien podría ocurrir que en realidad tenemos un problema de exceso de hierro y no otra cosa.
Porque si fuera al contrario, lo que tendríamos sería la población más fuerte y menos “anémica” de toda la historia.
Curar la anemia rápidamente
No hay manera de curar la anemia rápidamente, al menos para la mayoría de los casos.
En muchos estudios se ha demostrado que dando hierro extra a poblaciones anémicas se ha empeorado la situación de fatiga, debilidad, o ratio de mortandad.
Así mismo también hay sospechas de que el hierro destruye las vitaminas en los suplementos pertinentes, y otras muchas cosas más.
Ahora bien, dicho todo esto, también hay casos en los que parece que suele haber deficiencia crónica de hierro, sobre todo en mujeres, cuyos casos mejoran bastante con suplementación específica de hierro.
Con esto podemos ver que hay problemas de exceso de hierro y escasez de hierro.
La realidad parece decirnos que hay un exceso de hierro en las dietas mundiales, vía el hierro añadido a productos tan importantes como los cereales y harinas varias.
Esa realidad también nos dice que hay casos de escasez de hierro en embarazadas y ciertas personas, en las que la situación se resuelve con un poco de hierro extra. Sobre todo en casos en los que se pierde mucha sangre.
La verdad que es un caso difícil de discernir, y lo mejor que podríamos hacer es ver lo que nos va mejor a cada uno.
En este sentido, una dieta favorable siempre vendría bien para evitar este tipo de problemas, al menos en cuestión de prevención.
Una dieta favorable siempre pasa por ser lo más natural posible y, en cierto modo, parecida a la de nuestros abuelos y bisabuelos del campo, que comían una dieta bastante natural y con pocos aditivos, incluido el hierro, por supuesto.