¿Por qué realizar noticias falsas?
Esto de las noticias falsas es lo mismo que los eventos de falsa bandera, este concepto que alcanzó algo de popularidad luego del atentado de las Torres Gemelas de Nueva York, el famoso 11S o 911 (en inglés).
El hecho es que esto es algo que la gran mayoría de la población ni se plantea y que ante la más mínima mención pensarían que el interlocutor está completamente loco.
Es decir, el tema está totalmente fuera de cuestión. Es como entrar en la Zona Twilight, en un terreno que va más allá de los límites de la locura.
¿Es decir, por qué razón iba alguien a preocuparse por que las noticias que vemos por la tele, al menos las más “emotivas” sean falsas, es decir, mentira?
¿Cómo es posible que alguien pudiera hacer eso sin que la población se diera cuenta?
Después de todo, la cantidad de gente involucrada en ese tipo de eventos tendría que ser muy grande, contándose por cientos y miles en cada uno de ellos.
De acuerdo, empecemos por ahí.
Para que este tema de la conspiración masiva sea cierto habría que tomar una serie de cuestiones en consideración.
Para que esto pueda ser llevado a cabo debería haber un poder oculto que controla todos los resortes de poder del mundo, empezando por el capital, evidentemente.
Por lo tanto, empezando por ahí, aquellos que controlan el capital han de ser los que coordinan este tipo de acciones con una certeza casi perfecta. No puede ser perfecta porque evidentemente, no se puede hacer pasar por real lo que es falso sin que haya fallas. La mentira no puede ser verdad.
Partiendo de ahí, tendríamos que ese grupo de personas serían capaces de elegir quienes son los que manejan los asuntos de los países: los políticos. Es decir, ellos deciden qué político va a gobernar cada país, cuándo y por cuánto. Es decir, según este punto de vista estos políticos no serian otra cosa que actores, ya sea Trump u Obama.
Continuando por debajo, este grupo de hombres, intentarían hacer un sistema de promoción y control, por el cual solo aquellos que son “elegidos” y “aptos”, pasan a ocupar puestos de mando en todos los niveles importantes del Estado y las empresas.
Solo en los niveles más bajos se dejaría actuar a las hormigas, a las abejas de la colmena, que sería la mayoría de la población mundial.
Algunas de estas hormigas pensarían en protestar al ver algo extraño.
El problema es que ejerciendo un trabajo público o con algo de responsabilidad, siempre van a tener un superior al que responder, formando parte de un sistema jerárquico en forma de pirámide.
Las hormigas que piensen en protestar, desistirán rápidamente, al ser informadas de las consecuencias que pueden ocurrirles si eso ocurre, sabiendo, además, que por mucho que hagan, su testigo no llegaría muy lejos, por el hecho de que el mismo no alcanzaría los medios de masas (poseídos por la elite principal), y no serian creídos por la mayoría de la colmena, ni siquiera en los medios menos masivos. Sin embargo, es importante que estas hormigas mantengan silencio, al menos en números importantes. De ahí la importancia del signo con el dedo en la boca, simbolizando el silencio, que tanto gusta a los “famosos”. Signo que hacen por mandato de aquellos que pagan, claro.
Entonces, solo quedan aquellas hormigas, todavía independientes, en posiciones de poca relevancia, pero que evidentemente no pueden probar nada más allá que enseñar con la lógica, la imposibilidad de tales eventos, algunos de los cuales parecen sacados de libros de fantasía.
Todo esto suena bastante raro, pero para nada podría ser imposible.
Solo basta con que la élite mundial estuviera realmente mentalizada y puesta manos a la obra para que ello pudiera llevarse a cabo.
Esto, claro, solo podría ser posible si estamos hablando de un plan milenario, algo que forma parte intrínseca, de alguna manera, de nuestra realidad, esta realidad que “avanza” en forma de espiral hacia más allá del arco iris.
El carácter metafísico de las noticias de falsa bandera
Si hay un autor que ha explicado de manera más o menos certera el carácter bufonesco de las noticias del final de los tiempos, ese fue René Guenon, el que curiosamente no dejara de ser un agente poco influenciado por los poderes de este mundo, pero al que le fue permitido hablar de este tema.
Otro sitio donde podemos encontrar algo similar a lo descrito pero desde un punto de vista espiritual y más religioso, es la Biblia o los puranas, donde nos describen el carácter descendente de este mundo, de tal manera que al “final” no tendríamos sino un sistema invertido, en el cual todas las verdades serian vistas como mentiras y las mentiras como verdades.
Bien, las abejas oficiales, las que coordinan el ejercicio de este tipo de cuestiones, saben que están haciendo un trabajo importante: que forma parte de la “Gran Obra”.
No piensan realmente en el carácter mentiroso de este tipo de eventos, o al menos no piensan que ello sea “incorrecto” o “malvado”.
Esas abejas oficiales, esos croupier de nuestra realidad simplemente siguen unas directrices, y por ello son compensados con placeres y comodidades terrenales, ante lo cual están satisfechos, cosa difícil de negar. Desde luego, es difícil renunciar a los placeres y riquezas de la materia.
Para entender esto algo mejor, hay que ir a la raíz del asunto, a la fuerza metafísica responsable en ultima instancia de que se lleven a cabo dichos actos de noticias falsas o eventos de falsa bandera.
Los que estan en el plano material, es decir, los humanos, pueden pensar que dichas noticias se realizan para sugestionar a las masas, para llevar a cabo una especie de tarea de reacondicionamiento social, de tal manera que el nuevo orden se pueda implementar con menos resistencia en el momento oportuno, luego del “caos”. Y esto es cierto: estas noticias tienen un carácter preparatorio, ya sea un pilar o en el otro. El trabajo se va haciendo de una manera sutil que es difícil de discernir, incluso para los ojos más entrenados.
Pero no, el verdadero carácter y fundamento esencial de estas noticias de mentira; estos teatros de película hollywoodiense, es algo más profundo, y realmente complicado de entender, al menos para la manera de pensar típica de los humanos de este mundo.
Para entender el verdadero por qué de estas noticias hay que entender un poco de donde viene el poder metafísico que las ordena.
Este poder metafísico, por lógica, ha de disfrutar de tales eventos, es decir, no del evento en sí, sino del arquetipo que dicho evento representa, que no es otra cosa que una mentira esencial.
Visto así, es fácil comprender que ese poder metafísico se “alimenta” de este tipo de cosas. Es decir, toda la obra va encaminada a la construcción de un sistema arquetípico donde la mentira sea el fundamento de existencia.
La realización de una pantomima tan grande como pueda ser cualquier de los grandes eventos o atentados que estamos acostumbrados a ver, solo puede tener un fundamento espiritual, donde una fuerza de una gran potencia disfrute de manera especial con el ejercicio al más alto nivel de la mentira.
Esta mentira refinada, como si se tratara de una de las mejores obras teatrales del West End londinense, solo puede ser esencialmente apreciada por aquella fuerza que representa todos los valores invertidos o negativos de la existencia.
Esa fuerza, que muchos adoran en este mundo, obviamente, no es otra cosa que el Mal en su sentido más profundo. Aquel que algunos conocen como Satán, el Príncipe de las tinieblas, que no es otro que el Príncipe de la Mentira.
Un príncipe de ese tipo, un mentiroso patológico y de carácter fundamental, no puede traer nada bueno, evidentemente, al menos al final del cuento.
Puede que sus obreros tengan beneficios actuales, pero esos beneficios no dejan de ser temporales.
Al final, tendrán que pagar. Al final el carácter espiritual de las noticias falsas tendrá que cobrar sus víctimas a un nivel superior que una simple muerte material.